Jugabilidad
La fórmula de juego, en esencia es bastante sencilla. A través de un cuartel general que tiene por nombre "The Den", se podrán realizar diferentes tareas (donde se eligen las misiones, se trabaja y mejoran las armas, se reabastece el suministro de consumibles, se habla con los demás personajes o crea y editan los tipos de bala) y por supuesto, prepararnos para salir a devorar dioses. Una vez en batalla, los parecidos con otra saga de caza de monstruos, Monster Hunter, pueden hacerse evidentes. Sin embargo, mientras el primero aboga por una aproximación más pausada y meditada al combate, God Eater apuesta por la acción más frenética, en la que abundan los combos rápidos y las maniobras evasivas fulgurantes para eludir los devastadores ataques de los Aragami. Así, una vez seleccionada la misión dejamos The Den para inmiscuirnos en amplios escenarios de ambientación post-apocalíptica. En ellos y por regla general (aunque eso varía un tanto de un objetivo a otro) debemos explorar cada una de sus zonas en busca de objetos para recolectar (existe un amplio número de ellos) y lo más importante, dar caza a uno o varios Aragami que merodean por esos parajes.
Otro punto en el que el título destaca de otros con jugabilidad similar, es que dependiendo de la bestia que tengamos que eliminar, es necesario afrontar la batalla de una u otra forma. Sí al principio esto apenas tiene sentido porque los Aragami que debemos abatir son bastante sencillos, conforme se superan misiones, aumenta la dificultad paulatinamente, y acabar con algunos de ellos requiere de una planificación previa y posterior ejecución de una determinada estrategia.
Un apartado que realza las características del título, es el componente multijugador. God Eater permite conexión Ad-hoc con hasta tres jugadores, con los que formar equipo y cooperar en la caza de Aragami. Si bien las misiones “libres” (y alguna que otra de la trama principal) nos permiten ir de caza en solitario para un mayor nivel de desafío, lo cierto es que el trabajo en equipo es vital cuando casi cualquier Aragami puede vencer al jugador de un solo golpe. No sólo por la posibilidad táctica de permitir ataques envolventes y confundir a la presa; de cara a la supervivencia, cada miembro del grupo puede revivir a compañeros caídos gracias al Link-Aid: a cambio de un porcentaje de su salud (generalmente la mitad), pueden revivir a otros personajes que estén fuera de combate y permitir su vuelta a la lucha.
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